¿Qué es la internalización de las empresas?
Por internalización de una empresa entendemos el proceso de salir al exterior de dicha compañía. No tiene que ver tanto con exportar sus productos, como instalarse en suelo extranjero, pero no para una campaña puntual, sino de modo permanente.
Un movimiento estratégico que comporta riesgos, pero también interesantes oportunidades de crecimiento, pues esa expansión empresarial abre a nuevos públicos y ofrece un escenario distinto que se puede aprovechar a favor de los intereses de la compañía.
Razones de una empresa para internacionalizarse
Cuando una compañía siente, atendiendo a sus balances, que ha tocado techo un país, en un mercado doméstico concreto, es momento de abrirse a nuevos horizontes. Desarrollar un plan de negocio que tenga en cuenta el salto a otros mercados internacionales, donde poder llevar a cabo una expansión internacional que multiplique los ingresos.
Un movimiento que puede darse desde las grandes empresas, que devienen así en multinacionales, pero también desde pequeñas empresas o pymes, así como empresas familiares que quieran probar fortuna más allá de sus fronteras.
Forma parte de la historia de la cultura empresarial, y es una práctica tan antigua casi como el mero capitalismo, pues ya en el siglo XIX fueron muchas las empresas que se establecieron en países distintos a donde tenían la sede matriz y pusieron en marcha distintas estrategias de internacionalización.
Ejemplos de internacionalización de empresas
Basta acudir a los distintos índices bursátiles de las potencias mundiales para localizar unos cuantos ejemplos de empresas con importante presencia internacional. En España, el ejemplo más claro que nos viene a la cabeza es el de Zara, inserta en el grupo Inditex, con más de 7.000 tiendas repartidas por todo el mundo.
Una internalización que empezó poco a poco, y de más cerca a más lejos, pues la primera tienda que se abrió fuera de España fue en Oporto, en Portugal, muy cerca de la Galicia original, en 1988. Su estrategia de internacionalización se estudia como ejemplo de expansión bien ejecutada, con una cuidada selección de las ciudades en las que abrirán las tiendas. Es decir, se piensa más en las ciudades en concreto, que en los países a las que pertenecen.
Más allá de los casos conocidos, llama la atención el de la empresa de transportes de origen asturiano Alsa, que lleva más de tres décadas introducida en China, donde ha cosechado no pocos éxitos.
También es interesante el caso de Llaollao, presente en muchas ciudades españolas con su conocido yogur helado fabricado de manera artesanal. Con un modelo basado en las franquicias, han logrado una rápida expansión en nada menos que 26 países, entre ellos Singapur, Rusia, Chile, Turquía…
Ventajas de la internacionalización de empresas
Las ventajas de dar el salto al ámbito internacional, si hace con las debidas cautelas y sin asumir riesgos excesivos, son muchas, más allá del posible crecimiento económico.
- Abre nuevos mercados con nuevas oportunidades. Instalarse en otros países significa trabajar con nuevas reglas, que en ocasiones pueden ser favorables para la compañía. A saber: mayor mano de obra disponible, menor carga salarial por las condiciones del país, suelo más barato, etc.
- Ofrece mayor resistencia. Una empresa diversificada geográficamente puede ser más fuerte en casos de crisis localizadas que afectan a países en concreto.
- Mejora la imagen de marca. Aunque la presencia internacional sea en dos o tres países, la empresa puede considerarse ya como “multinacional”, lo que supone un salto exponencial en cuanto a imagen corporativa, lo que refuerza el poder de negociación y la sitúa en una liga mucho más pujante.
- Beneficios fiscales. Introducirse en determinados países puede ayudar no a tributar fuera de tu país de manera ventajosa, lo cual es éticamente dudosa, sino a recibir ayudas por parte del país de origen para hacerlo.
La internacionalización es uno de los retos más ambiciosos y arriesgados al que puede enfrentarse una empresa. Pero también los que más recompensas puede generar.